La casa Winter

En medio del solitario paraje natural de Jandía, en la isla de Fuerteventura, se encuentra una gran mansión llamada “la Casa Winter”.

Se trata de un misterioso caserón ubicado en las proximidades de Cofete, una antigua aldea situada cerca de la poco accesible playa de Barlovento.

La forma tradicional para llegar hasta allí era atravesando a pie o en camello, las desérticas montañas de la isla durante horas. Hoy en día, también se puede acceder en coche a la Casa Winter, aunque el visitante necesita armarse de valor al volante para emprender el camino, ya que la ruta pronto deja de estar asfaltada, tornándose en estrechos caminos de tierra que bordean barrancos y acantilados azotados por fuertes vientos del norte, lo que hace de la travesía toda una aventura.

Camino polvoriento hacia la Casa Winter. Foto: Graciela Rosales.

Tras un largo recorrido, se abre ante la vista un gran valle en forma de semi-cráter, el cual, alberga en su centro, la impresionante villa que se exhibe imponente entre las montañas y una extensa playa.

La mansión, realizada en piedra y hormigón, posee una impresionante torre a su derecha con numerosas ventanas que ofrecen una visión del paisaje de 360 grados. Dentro, la villa contiene un patio interior rodeado por varias estancias distribuidas en dos pisos, entre las cuales hay un gran salón con una elegante chimenea y balcón con hermosas vistas al océano.

A pesar de su antigüedad, la casa contiene lujosos detalles como las decoraciones en su carpintería, y un cocodrilo de madera, que parece vigilar atento desde las alturas del patio la entrada de intrusos.

Gárgola de madera con forma de cocodrilo, situada en el patio interior de la Casa Winter. Foto: Graciela Rosales.

Llegado a este punto, el visitante se pregunta: “¿Quién y para qué se construyó un caserón como este en mitad de la nada?”

El quién está claro, la casa fue mandada a construir por el ingeniero Gustav Winter, un alemán que compró todo el terreno de la península de Jandía. Pero en cuanto al “cuándo” y el “para qué” existen varias versiones: la versión “oficial” defiende que la casa se empezó a construir en 1946 y que se trata simplemente de una residencia para las vacaciones del adinerado ingeniero.

La otra versión asegura que se construyó durante la segunda guerra mundial con el consentimiento del dictador español Francisco Franco, y que las obras fueron subvencionadas por el mismísimo Hermann Göring, el segundo al mando del tercer Reich alemán después de Adolf Hitler. 

Se cuenta que la mansión se sitúa justo encima de unas grutas naturales sumergidas que llegan hasta el mar, posibilitando así que submarinos pudiesen llegar hasta ella. Seguidamente, las tropas nazis usaban unas escaleras situadas en los sótanos para acceder a la Casa Winter, donde podían abastecerse de alimentos y combustible.

Los relatos explican que además, este chalet era un lugar donde los oficiales germanos, podían descansar y aliviar las tensiones de la guerra, organizando largas veladas en las que no faltaba la música, bailes, alcohol y prostitutas, todo bajo la atenta mirada del retrato de Hitler en el salón de la casa.

Pero, ¿Cuál es la verdadera versión? ¿Qué hay de realidad en todo lo escrito acerca del chalet de Cofete?

Vista panorámica desde dentro de la torre de la Casa Winter. Foto: Graciela Rosales.

El actual habitante de la Casa Winter, Pedro Fumero, lo tiene muy claro: La versión de que la mansión fue concebida como una simple residencia de vacaciones, no se sostiene por ningún lado.

Así que Pedro comenzó una investigación en 2012 para esclarecer los misterios de la casa, a la vez que empezó a mostrar las curiosidades de ésta a los visitantes: habitaciones secretas con puertas diminutas, un bunker en el sótano, tétricos pasillos que fueron tapiados por algún motivo, una peculiar cocina que más bien recuerda a un lúgubre laboratorio, pistas de aterrizaje cercanas y restos de una potente instalación eléctrica, hacen pensar que la Casa Winter se utilizó con fines bastante concretos.

En 2016 se unió a la investigación de Pedro Fumero, el ingeniero afincado en Alemania Darwin Vidal. Juntos, y en estrecha cooperación, han recopilado durante años extensa información procedente de numerosos archivos repartidos por todo el mundo, y que desvelan sorprendentes datos desconocidos hasta la fecha.

El libro de divulgación “La Casa Winter” pronto estará disponible en tres idiomas: español, inglés y alemán, mostrando las pruebas definitivas sobre quién era en realidad Gustavo Winter y cuáles eran sus verdaderos planes en Fuerteventura.